Carta d’una mare a l’escola

L’equip de l’escola aquests dies de juliol estem treballant de valent: rentant, endreçant, reparant, pensant..i deixant tot a punt pel setembre.  Tot i així, publiquem un últim post que ens ha fet arribar una mare que s’acomiada aquest curs de l’escola. Diu coses molt boniques i reals  del pas dels infants per  l’escola bressol.   Moltes gràcies!

CARTA DE UNA MADRE A VUESTRA ESCOLA BRESSOL

Lo más valioso que tenemos las madre son nuestros hijos, y cuanto más pequeños más vulnerables nos parecen.-Dolor -Es  lo que le causa a una madre dejar a sus pequeños  en manos de personas desconocidas, con titulación, pero desconocidas. Un dolor incapaz de ser curado por nada más que por el tiempo, el día a día, y el descubrimiento de vuestro corazón,  de vuestro buen hacer, y gracias a esa mirada y sonrisa cómplice que por la mañana, nos regaláis a los padres, superamos con facilidad la ruptura del vínculo creado entre una madre y un hijo. Sois como el hada madrina, que hasta las 12, un hechizo nos tiene sabiendo que están en buenas manos. -Miedo- Se queda llorando y es más el desconsuelo para la madre que para el hijo. Y no sabes si dejará de llorar… no sabes si el empujón de un compañero le hará más fuerte o más débil, miedo es lo que yo sentí durante dos semanas al no poder controlar de cerca la dentadura peligrosa de mi hija… Pero se quedan tan tan tan bien acompañados, que el miedo también es un sentimiento que controláis como el hada madrina su varita.

-Culpabilidad -Es lo que sentimos cuando no sabemos si hacemos bien en volver a trabajar. Es saber que tiene que compartir el tiempo de un sólo adulto con más iguales, con  las mismas necesidades continuas que el tuyo. Pero es otro sentimiento, en las que sois especialistas en extinguir, maestras en la confianza. Comenzáis vuestras habilidades de empatía para que de manera mágica dejemos de ser las madrastras del cuento.

Somos una familia más, que hemos convivido a diario con vosotras durante cuatro años y cinco curso escolares, solapándosenos en un curso dos de mis hijos. Y no podía marcharme de aquí sin agradeceros, de alguna manera, la enorme labor profesional y emocional que habéis hecho. El primer día que me separé de mi hija tenía  4 meses y medio de vida. Apenas eran 3 horas, pero se me partió el alma. Sin embargo, el tiempo me ayudó a descubrir que no podía haberla dejado en mejores manos, -esperad esto lo voy a repetir-,  no podía haberla dejado en mejores manos.  Aquel curso tuve la suerte de ver desde dentro cómo quieren a nuestros hijos. Yo llegaba a las 12, y mientras daba de mamar a mi hija en un sillón dentro de clase, podía disfrutar de la hora de la comida del resto de los peques. Mamen y Mari Carmen, con mucha paciencia y con inmensa ternura, emitían amor por radar  mientras miraban, acariciaban y cuidaban a nuestros hijos. Mi hijo estrenó unas instalaciones inmejorables, aulas luminosas y bonitas… un patio hermoso, vistoso, espléndido… y me faltan adjetivos para manifestar la evolución que habéis hecho con estas instalaciones desde el  2012. Y ahora además de todo lo anterior está especialmente acogedor. Sus fotos, sus juguetes, sus cortinas, su castillo, sus columpios… hace que fluya amor y cariño en cada rincón. Felicitaciones a todas por esa decoración que invita a que vuestro espacio sea un hogar para todos.

Sí, las instalaciones están bien, pero lo grande de vuestra escuela sois vosotras. Es muy difícil expresarme sin decir nombres, sabiendo que me consta la calidad humana de todo el equipo, de lo maravillosas que sois todas, desde el equipo de cocina, limpieza, maestras, educadoras de soporte, equipo directivo… pero no puedo evitarlo. Leéis nombres porque hay personas que tocan la fibra mágica, aquellas que son tan cercanas que serán presentes siempre en nuestro recuerdo. Y es que no tengo palabras suficientes de agradecimiento porque con vosotras mis hijos han vivido sus años de mayores cambios en todo el recorrido de su vida: – han aprendido a andar, a expresarse, a relajarse para dormir, a comer solitos, a controlar el pipi… ahora bailan, cantan, pintan, cuentan, son graciosos… y la mayoría de estas cosas las han hecho por primera vez con vosotras. Gracias por enseñarles a ser personitas inteligentes. Porque han aprendido a compartir, a respetar, a obedecer,… a entender valores de la vida. Aunque por su corta edad al salir de vuestra escuela, todavía nos queda a nosotros un largo camino para formalizar dichos valores que vosotras habéis comenzado.

Y no quiero olvidarme de la rutina, maravillosa rutina que tanto y tan bien trabajáis a diario, que nosotros la disfrutamos cuando  queremos y os la destrozamos cada fin de semana. Pero vuestro trabajo constante hace que la rutina y los hábitos sean vuestro producto estrella. Un adjetivo me viene a la mente cuando pienso en maestra de guardería, Valiente.  -No me puedo imaginar hacer callar a 20 niños a la vez! dar de comer a 20 niños a la vez! dormir a 20 niños a la vez! parece un chiste, en casa con uno perdemos lo nervios, pero es que vosotras sois hadas. Es un momento mágico y de fantasía, cuando los padres llegamos a las 5, mientras Sonia termina de contar un cuento y 20 chiquititos la miran boquiabiertos e hipnotizados, quitecitos y ordenados. Y es que Sonia, imposible no nombrarla, ya que nos ha acompañado durante 3  cursos, es guay. Hablo de ella, en representación de todas, porque aunque el contando no haya sido piel con piel, el pasillo da mucho de qué hablar, y esa cercanía palpable, y esos padres encantados… demuestran vuestra labor impecable. Y vuelvo a Sonia… -generas una complicidad y una empatía extraordinaria, que hace que parezcas que seas desde mi mejor amiga, hasta mi hermana, y que deje a mis hijos en el mejor lugar del mundo, a tu lado. Eres una profe 10, qué digo! eres una persona 1.000. No te olvidaré jamás, mi hijo aprendió andar contigo, mi hija aprendió a hablar contigo, entre un millón de cosas más. Y siempre Mari Carmen a nuestro lado, ya formas parte de la familia, y es que tu nombre se escucha en muchas conversaciones en casa, nuestro corazón y nuestro hogar estarán abiertos siempre para ti. Y no me olvido que has limpiado más culitos a mis hijos que yo… y que sin ti, estos años hubieran sido cojos de tu convivencia, ciegos de tus abrazos, mudos sin tus besos… contigo he descubierto que ningún miedo inicial tenía razón de ser. Silvia y Carme… siempre ahí, para facilitar la cosas, para ayudar, para animar, buscar solución… cercanas, simpáticas, perfectas para ser las quasi-mamás de la escuela.

Cerramos una etapa de Hadas madrinas de carne y hueso que nos cuidasteis, nos educasteis, nos alimentasteis a lo más importante de nuestra vida, nuestros hijos, pero vuestro trabajo siempre formará parte de nuestro corazón.

HASTA SIEMPRE ESCOLA

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